Por cómo se dió el desarrollo de mi banda es muy difícil analizarla desde la lógica tradicional si uno quiere ser exacto. Cuando me preguntan en las entrevistas ¿Hace cuanto armaron la banda? Es una pregunta que no tiene una respuesta exacta. Somos tres hermanos que fuimos aprendiendo a la vez a tocar instrumentos y a ensamblarnos como partes orgánicas de algo que va más allá de la individualidad y que en un momento se convirtió en una banda de música.

No estamos educados en el pensamiento dialéctico que es una herramienta fundamental para interpretar la realidad. Nuestro razonamiento por lo general cae en las trampas de la lógica tradicional, útil para resolver algunas cuestiones prácticas pero insuficiente si se quiere reflexionar en profundidad. Eso nos lleva no sólo a que busquemos respuestas de una forma errónea sino también a que realicemos preguntas desde un enfoque lógico no dialéctico, entrando así en una imposibilidad de respuesta. Los invito a analizar unos casos muy simples y cotidianos.

¿Cuántos granos de arroz forman un montón? Estamos seguros que un grano no es un montón. Dos tampoco parecen serlo. ¿Diez granos son un montón? Calculo que no. ¿Cien? ¿Quinientos? Llegado un punto empezaremos a dudar cuando sí es un montón de granitos de arroz. Y probablemente en algún momento estemos seguros que sí es un montón. Pero será muy difícil determinar exactamente cuando unos granitos de arroz se transforman en un montón. Este simple ejemplo expone uno de los detalles fundamentales de la dialéctica: los cambios de cantidad y calidad. Pequeños cambios en la cantidad de granos, llegado un momento, darán un cambio de calidad donde podremos decir: hay un montón de granos.

En una ocasión muy linda en una charla con una mujer que estaba conociendo nos hacíamos chistes sobre las citas: “Esta es nuestra segunda cita”. Llegada la cuarta empezamos a perdernos en divagues filosóficos de cuando las citas dejan de serlo para ser otro tipo de vínculo entre nosotros dos. Es decir, cuando la acumulación de citas, que suponen una profundización en el conocimiento de uno y el otro, daría un salto superador, que podría ser el fin de las citas y ese tipo de relacionarse o el fin de las citas como tales pero el desarrollo de un vínculo superior de afecto y compañerismo. En cualquier caso, de prosperar las condiciones necesarias, la cantidad se transformaría en calidad (sea en ruptura o desarrollo). El desafío era saber ¿Cuántas citas son suficientes para suponer el cambio? Es un problema dialéctico, de movimiento y evolución y por lo tanto depende exclusivamente de los múltiples factores y circunstancias propias de cada individuo y su historia y  de su contradicción, la pareja que forman, que tiene sus propias características. Desde la lógica tradicional se esperaría “tantas citas… tal relación”. Pero ya pensando desde la dialéctica vemos que no existe tal respuesta.

¿Podemos decir con exactitud cuando dejamos de ser tres hermanos que tocaban canciones mientras aprendían a tocar sus instrumentos para ser una banda consciente de si misma donde de ser algo lúdico pasó a ser un proyecto musical? Pero esto lanza más preguntas por su propia naturaleza dialéctica: ¿Dejó de ser algo lúdico para ser enteramente un proyecto “profesional” o más bien se transformó en un proyecto profesional que encierra en sí mismo la necesidad de que tenga vivo algún carácter lúdico para que su desarrollo sea fiel a la necesidad de expresión de sus individuos? La contradicción  entre lúdico y profesional se desarrolla de manera profunda en el seno de la banda y termina siendo el motor que da cuenta de los diferentes cambios y a su vez delínean nuevas contradicciones.

De esta manera los pequeños cambios dados a partir de ensayos y búsqueda grupal y personal devinieron en algún momento en una transición de calidad, donde la banda que aún era y no era «una banda», es decir, el todo, adquiere un carácter tal que es superador a la simple suma de las partes. Las cantidades devienen en un cambio de calidad. Y por supuesto, una ruptura de la banda, también significa un cambio de calidad. Porque calidad no se refiere a “algo mejor” sino a algo que tiene cualidades diferentes que van más allá de los cambios pequeños donde las propiedades del todo se mantienen iguales que las de las partes que lo integran. A su vez, la naturaleza dialéctica del desarrollo humano implica que el mismo hacer transforma al que hace y también a sus circunstancias, que luego operan sobre si mismo nuevamente, en una concatenación de procesos, lo cual significa que el aprendizaje, incluso el musical, aporta pequeños cambios que también darán en algún momento, un salto mayor en las propiedades y circunstancias de la misma banda y sus integrantes.

Por este motivo al ser una banda que se desarrolló en circunstancias no forzadas su punto de formación no es claro. Cualquiera de los que la integramos podríamos definirlo en lugares diferentes pero serían arbitrariedades. Es como ver en que punto la espalda deja de ser espalda y ya es el culo. Un centímetro más arriba. Un centímetro más abajo. Dependerá. En definitiva, es un problema dialéctico y el desarrollo de esta forma de análisis es la base para comprender la realidad y poder transformarla. Engels y Marx nos enseñaron como hacer de la dialéctica una herramienta revolucionaria, porque no es posible organizarse y luchar si no se tiene claridad de reflexión.

Antes de hablar del “voto útil” repasemos muy brevemente un concepto clave: ¿A que clase pertenezco? En primer lugar vamos a simplificar la cuestión a dividir la sociedad en las dos clases más importantes: la clase capitalista y la clase trabajadora.

La respuesta es muy sencilla: si sos de las personas que tienen que trabajar sí o sí para poder vivir, perteneces a la clase trabajadora. Si tenés que cobrar una jubilación para poder vivir también sos de la clase trabajadora. Si estudias y no trabajas pero tus viejos te tienen que ayudar y ellos si tienen que trabajar sí o sí, entonces, también sos de la clase trabajadora. Si trabajás y estudias, también. Si no tenés trabajo y/o recibís algún plan social también sos de la clase trabajadora. Si tenés un kiosko de barrio, un pequeño emprendimiento como un taller, u otra actividad que requiera que trabajes como el resto pero que vos seas tu mismo patrón, también perteneces a la clase trabajadora. Puede que tengas un trabajo y que ganes $20.000 y eso no quiere decir que no seas de la clase trabajadora. Todo depende de como te ganás el dinero.

Por el contrario si vivís de alquileres inmobiliarios, si sos CEO de una gran empresa, si sos accionista de sociedades anónimas, si tenés enormes extensiones de campos, si podés vivir sin trabajar y solamente administrando tu capital o si sos de esos que hacen negocios millonarios, entonces, perteneces a la clase capitalista.

Esto que es muy elemental parece no ser tenido en cuenta en las elecciones. El motivo es sencillo: las masas tienen una pésima conciencia de clase. Es decir, no son conscientes de que tienen un lugar concreto dentro de la sociedad que se divide, principalmente, en estas dos grandes clases.

Con la cuestión “el pueblo”, “el ciudadano”, que se baja desde los medios de comunicación y escuela, se borra esta realidad fundamental de la sociedad haciendo como que “no hay conflicto entre las clases” o peor aún “las clases no existen más que en diferentes categorías de ingresos”. Entonces no se categoriza por su relación entre empresario-trabajador y como obtiene cada uno su dinero, sino que se lo hace en función de cuanto dinero gana. Así un trabajador que gana un “buen sueldo” pierde noción de que aún en diferente situación también es explotado. Entonces el trabajador precarizado, que no llega a fin de mes con su salario de miseria, piensa que si consigue un aumento su condición de explotado deja de existir. De esta forma tan sencilla el sistema borra en la conciencia del trabajador a qué clase pertenece y le quita la perspectiva política de buscar una solución real y permanente.

Si esto no lo tenemos claro mucho menos podremos hacerlo respecto a qué es un “voto útil”. Porque lo que es útil a un banquero no le es útil a un laburante. La democracia actual, a pesar de ser una democracia anti obrera dado que el Estado y todas sus instituciones están desarrolladas en función de poder defender y administrar los negocios de los ricos, nos da la posibilidad de llevar alguna lucha al campo electoral que por supuesto NO PODEMOS DESPERDICIAR. No porque pensemos que terminaremos con este sistema barbárico mediante las elecciones sino porque hay que disputar el poder en cada espacio del sistema: en los sindicatos, en las fábricas, en los medios, en la cultura, en las elecciones, en los organismo educativos, etc. Las elecciones en este sistema no son más que el mecanismo impuesto por el capitalismo para legitimar y justificar su explotación. Pero aún así no se la dejemos servida! Obviamente este sistema es mejor que una dictadura o que el feudalismo! Pero eso no quita que avancemos en la historia con el fin de continuar el desarrollo social donde un sistema sucede a otro como ha ocurrido desde que el hombre formó sociedades.

Continuar el desarrollo de la historia implica llevar a la clase trabajadora, que es la que pone todo el trabajo y por lo tanto genera toda la riqueza que existe, al control de la sociedad que hoy está dirigida por la clase dominante capitalista. Eso obviamente es una tarea muy complicada. No se logra con un voto sino con una revolución porque, como la historia nos ha mostrado, ninguna clase que haya ejercido el poder sobre otra se retira por las buenas: aplasta a todo aquel que se le interponga. En América Latina vimos como durante la segunda mitad del siglo XX ante el peligro del desarrollo de la clase trabajadora como opción de poder, el capitalismo, impuso dictaduras militares para borrar cada elemento subversivo que suponga un “peligro” para el sistema. A pesar de ello la clase trabajadora se va rearmando y aprendiendo de todo lo ocurrido. Por eso es fundamental formarnos intelectualmente para desarrollar las estrategias correctas. La expresión de ese desarrollo se la ve en la evolución de su organización política: “somos de la clase trabajadora y nos organizamos en nuestros propias organizaciones políticas con perspectivas de que nuestra clase sea la que dirija la sociedad y no los banqueros y corporaciones que lo hacen a través de sus políticos”.

Entonces cuando llegamos a este pensamiento vemos que tenemos que avanzar en todos los espacios, estar coordinados y apoyarnos para hacer de nuestro gran número un huracán imparable. El principal “poder de fuego” de la clase capitalista está en el Estado. Por eso también hay que lograr estar allí para desarticularlo, porque cada espacio que ocupemos sirve para quitarle poder a sus políticos o usarlo en su contra. Por ejemplo los legisladores pueden utilizar la visibilidad que le da ese cargo para agitar las consignas de los trabajadores, boicotear ataques o luchar por conquistas en derechos en el plano legal. Obviamente esto de nada sirve si a la vez no hay una organización por fuera que se movilice, realice asambleas, se manifieste ante los ataques y despidos, etc. Imagínense que si eso no ocurriese ¿Qué poder real tienen esos representantes de los trabajadores? Ninguno. Por eso la organización política de los trabajadores no es algo separado de su clase sino algo que se desarrolla en la medida que esta incrementa su conciencia a la vez que, su misma organización también es una herramienta que genera conciencia.

Por eso debemos participar y tener nuestro partido político. Entonces ya no importa quien gana una elección sino que desarrollo logramos para nuestras herramientas políticas de clase. A veces sucede que pensamos “nunca vamos a ganar, mejor votemos al menos malo, que sabemos que es un corrupto que gobierna para los que con millones de dólares financian sus campañas pero el otro es un poco peor” y abandonamos entonces nuestra perspectiva de clase y perdemos tiempo vital para el desarrollo de nuestras organizaciones en base de un posibilismo absurdo. Si no construimos, nunca seremos una alternativa. ¿Cuánto más vamos a esperar para sumarnos a los que la vienen luchando?

Ahora sí podemos preguntarnos ¿Qué es el voto útil? ¿Para quien es útil tal voto y no otro? La respuesta es muy sencilla: para un trabajador el voto útil es aquel que sirve para el desarrollo político de su propia clase, en otras palabras, el voto a aquellos luchadores activistas pertenecientes a la clase trabajadora que han demostrado con su militancia que no se han vendido al mejor postor y que ponen su vida al servicio de la creación de un partido político capaz de ser la punta de lanza de la clase trabajadora. Ese partido, organización o frente debe ser siempre revolucionario, es decir, ser consciente que la clase opresora no va a decir “nosotros, Monsanto y Barrick Gold, hemos sido muy injustos, uds tienen razón… les devolvemos los recursos y pagaremos sus tratamientos por las enfermedades causadas por el cianuro y glifosato”, ni Lear dirá “facturé 13mil millones de dólares en un año, está bien, voy a tomar más trabajadores en lugar de despedirlos”. De esa forma cuando el conflicto de intereses entre las clases sea irreconciliable no buscaremos reforma posible que mantenga a la clase capitalista sobre la trabajadora sino que directamente iremos a una revolución que pondrá al frente de la sociedad a los trabajadores. Pero antes de llegar a esa instancia debemos crecer en nuestras organizaciones políticas sino, cuando ocurra el derrumbe, nos pasarán por arriba y profundizarán la miseria. Recordemos el 2001. Del que «se vayan todos» terminaron quedándose todos porque no hubo organización de la clase trabajadora capaz de llevar adelante un cambio profundo. ¿Volveremos a regalarles oportunidades a los bancos, multinacionales y sus socios locales?

En el escenario actual de la Argentina del 2015 de las 6 fuerzas que se presentan en las elecciones 4 son representantes de la clase capitalista. 1 “progresista”, que solo busca la “reconciliación” entre las clases, es decir, busca un capitalismo “tranqui”, cosa que NO EXISTE y termina siendo un alivio para la clase capitalista en momentos de convulsión, y por último el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) que está integrado por tres partidos revolucionarios y apoyado por otros tantos que no pudieron superar las antidemocráticas PASO.

Entonces el voto útil en estas elecciones es al Frente de Izquierda, a menos que vos seas un capitalista, y que luego de leer esto estés viendo como va la bolsa de valores, o si exportas 50000 toneladas de soja, o si las torres que estás construyendo en Puerto Madero ya están vendidas. Lo que importa es avanzar, aunque sea despacio, a esa meta de ser expresión política consciente de la clase trabajadora. Si mediante alguna estrategia logran convencer a los trabajadores de que el voto útil es aquel que sirve para cambiar un monigote del capitalismo por otro basándose en aritméticas electorales que no tienen nada que ver con las divisiones reales dentro de la sociedad, logran sin duda, un suicidio de clase donde los que ganan son los narcos, corruptos, bancos y corporaciones, y termina pagando las crisis.. la única clase que trabaja ¿Cómo? Con ajustes, despidos, inflacion, militarización, narcotráfico y lavado de dinero, limitando derechos históricamente adquiridos por los trabajadores, etc.

Vamos a sumar concejales, legisladores y a potenciar la lucha por intendencias, gobernaciones y presidencia. ¡Seamos en estas elecciones la cuarta fuerza política! ¡Conquistemos bancas en el congreso! ¡Tenes todo por ganar y nada por perder! ¡Vamos el Frente de Izquierda y de los Trabajadores!

Gaston Sardelli

Para perderle miedo a la dialéctica.

(Para descargar en PDF https://es.scribd.com/doc/281816419/Dialectica-Para-perderle-miedo)

Desarrollar el pensamiento dialéctico es fundamental para tener herramientas de reflexión clara sobre la realidad, es decir, es útil incluso para tu vida diaria. No es casualidad que no sea parte de nuestra formación y al final de este pequeño texto veremos por qué. También está asociada al arte de dialogar pero ese no es el sentido sobre el que vamos a avanzar. Nos interesa la dialéctica en el sentido filosófico, como herramienta de pensamiento. En muchos casos te vas a dar cuenta que la tenés incorporada y la aplicás, sin ser consciente que lo hacés. Aún así también en otras circunstancias parece como si no tuvieses idea de que un proceso es dialéctico y lo pensás según la forma impuesta por las ideas dominantes. La meta de este texto es que la incorpores para que enriquezcas tu forma de analizar y que puedas estar atento a que cuando decimos “contradicciones”, “superación”, “movimiento”, “negación”, podemos estar diciéndolo en un sentido dialéctico y no en el lenguaje cotidiano, perdiéndote así, un punto de vista más profundo.

Vamos a empezar por uno de los puntos más interesantes que tiene un sabor a obvio pero también a absurdo y que supone un paso grande respecto de la lógica tradicional. Seré yo mismo el objeto de estudio en cuestión para hacerlo más divertido.

Cuando las cosas son y no son. Su cambio constante.

Si nos preguntamos sobre Gastón diremos: Gastón es una persona nacida en Argentina. Es músico. Estudió bio ingeniería. Le gusta la pintura, la historia y la astronomía. Fanático de los Beatles. Hincha de Boca Jr. No es bueno haciendo más de una cosa a la vez. Es desordenado. Es vegetariano. Pesa 70 kilos. Tiene pelo castaño oscuro y ojos marrones. Por todo esto y otras características que podemos listar decimos que Gastón, ES GASTON y no otra persona.

Esta breve descripción que explica por qué soy quien soy encierra el método en el que hemos sido educados. La lógica detrás de esto nos dice: Gastón es igual a Gastón. De lo contrario, Gastón no sería Gastón. ¿Parece algo obvio y hasta elemental no? Resulta que en realidad es un pensamiento incompleto. Llegamos a este tipo de conclusión que es falsa por una cuestión de analizar de manera reduccionista algo que esconde un proceso más profundo. Ahora veamos por qué.

¿Nos interesa estudiar la abstracción de Gastón, o al Gastón real?. Como Gastón no es una cuestión que puede formularse como una abstracción, debemos estudiar al Gaston real y concreto. Esto nos trae una serie de preguntas. ¿ Gastón siempre fue músico? ¿Siempre pesó 70 kilos? ¿Siempre gustó de la pintura? Bueno, vemos que entonces la primera descripción que hicimos de Gastón es solo una cristalización de características que no nos dicen nada sobre su historia. Porque el de 6 años de edad no es el mismo que el de 20 años. La experiencia de vida ha hecho que su conciencia no sea siempre la misma. Con los años su físico fue cambiando. Incluso tarde o temprano dejará de existir. Si vemos el Gastón de 28 años es feminista mientras que a los 20 años era machista. Incluso casi todas de las células que forman su cuerpo ya fueron reemplazadas por otras nuevas y distintas que quizá a simple vista no pueda verse, pero si en un laboratorio. Entonces Gastón es Gastón y no es Gastón. Con solo ver dos fotos de distintas edades podemos constatar que un Gastón no es igual que otro el Gastón de otro momento, o incluso, de hace un instante.

Esto nos marca algo fundamental: nos interesa ver la historia de lo que estudiamos y no solo un momento. Sino terminamos dándole un carácter abstracto y universal, como si ese momento expresase la totalidad de lo que tratamos de estudiar, y como eso es falso, poco y nada nos dice de la realidad. Cuando decimos historia decimos: espacio y tiempo. Y quien dice espacio-tiempo dice: movimiento, cambio. Lo que no cambia, es sin dudas eterno, es decir que está fuera del espacio y del tiempo, por lo que entonces, lo que no cambia no existe y no tiene historia.

Cuando pensamos en que algo cambia (es decir que sus características son diferentes a lo largo del tiempo) enseguida sabemos que eso no ocurrió por arte de magia sino porque una o varias situaciones concretas se OPUSIERON a un estado específico y como consecuencia generaron algo distinto. Por ejemplo podemos ahora preguntarnos: ¿Cuales son los motivos por los cuales a los 20 era machista y años después feminista? Para entender ese cambio de machista a feminista se lo debe estudiar en como se fue desarrollando la conciencia de Gastón y qué fue ofreciendo resistencia al pensamiento machista para devenir en pensamiento feminista.

Hasta acá vemos dos cosas: que “Gastón” es y no es “Gastón”. Descubrimos que esa “contradicción” es una realidad y que es muy positiva porque nos permite ver que Gastón tiene una historia y que por lo tanto -esa contradicción- expresa un cambio y a su vez, que cada cambio -en este sentido- es expresión de alguna contradicción. Pasamos entonces de pensar que lo que creíamos absurdo – que algo es y no es a la vez- es en realidad la descripción correcta de lo que queremos estudiar. ¿Qué consecuencias traería que esa contradicción no existiese? Pensemos. Si no hay contradicción, es decir, si no hay una oposición, no hay cambios, y si no hay cambios no hay historia, por lo tanto está fuera del espacio y el tiempo. Gastón, de ser siempre igual a si mismo y no tener en sí contradicciones que motoricen cambios, sería solo una abstracción inmutable en el tiempo, sin historia, entonces Gastón no existiría como algo concreto. Tengamos en cuenta que no hablamos de simples cambios en Gastón como podría ser por ejemplo un accidente vial . Sino esos cambios que están relacionados con el desarrollo más profundo.

Analicemos algo más sencillo para ganar claridad sobre lo que queremos ver. Pensemos en una manzana y hagámoslo desde su movimiento, es decir, desde su historia y evolución. Esta manzana no ha sido siempre la misma. Ahora está madura, pero no siempre lo estuvo. La interacción química, el clima, los rayos de sol, por ejemplo, generan cambios constantes que hace de la manzana siempre una manzana distinta. Incluso, si nos remontamos antes de que sea una manzana verde, vemos que no siempre ha sido una manzana, sino una flor. Entonces no siempre ha sido la misma, y por lo tanto, tampoco lo será. Dicho en otras palabras la manzana es y no es la misma manzana si la comparamos a si misma a lo largo de su evolución.

Veamos el caso de un río. Agarramos un mapa y vemos “este es el rio Paraná”, “siempre ha estado allí”, nace del rio Grande y Paranaíba y desemboca en el Rio de la Plata. Es navegable… Por lo tanto el Rio Paraná es el Rio Paraná y no otro río. Ahora, ¿Qué sucede si vamos al rio?. Vemos que el agua circula siempre de manera diferente, que cada olita que se mueve nunca es igual a otra. Vemos que el cambio climático o las estaciones afectan su caudal o que las mareas y lluvias van cambiando su cause. Asumimos entonces que el Paraná tiene una historia y que no siempre su curso fue ni será idéntico. Por lo tanto vemos que en realidad, el Paraná es y no es el Paraná del mapa. Si queremos volvernos expertos en la comprensión del río nos veremos obligados a pensarlo de este modo y buscar comprender por que el Paraná es y no es el Paraná. De lo contrario, si siempre fue y será igual a si mismo, es decir, al Paraná descrito en el mapa, con que alguien haya realizado un estudio en algún momento, será suficiente para que nunca sea necesario volver a hacerlo. ¿Pero la realidad se comporta de ese modo? No, nunca el rio es el mismo.

Obviamente en algunos casos nos es suficiente saber que ese río del mapa es el Paraná y no otro. De la misma manera que para tomar lista de presentismo nos es suficiente saber lo mínimo de una persona, y no su historia. Pero esto es solo una cuestión práctica. Es decir, a los fines prácticos, no es necesario estar pesando todo de forma dialéctica. Pero debemos estar alerta de saber cuando SI o SI debemos emplearla.

Hasta acá llegamos al punto más importante sobre la dialéctica: ver que todo es movimiento y cambio. Esta manera de pensar es la superación de la lógica con la que fuimos educados. Esto no implica desechar a la lógica formal sino ampliar la cantidad de herramientas intelectuales que tenemos para reflexionar y saber cuando utilizar una y otra. Así como hay una matemática simple y elemental y otra avanzada y profunda pero que están relacionadas íntimamente, lo mismo ocurre aquí. Para calcular la superficie de una mesa para comprar un mantel, nos basta con una simple multiplicación de lado por lado. No usaríamos, en este caso, el cálculo diferencial con la integral de la función que representa la superficie de la mesa.

Podemos hacer un ejemplo más para ir viendo las consecuencias de esta forma de reflexión. Se nos enseña que Argentina es un país que siempre será el mismo país, con una identidad que no podemos alterar, porque Argentina es Argentina por todas esas características por las cuales es Argentina. Pero si vemos la historia, vemos que en realidad Argentina no siempre existió y que la identidad que le atribuimos tiene una historia y un desarrollo. Por lo tanto, si ha “nacido” y ha sufrido cambios, porque no pensar que algún día Argentina no será Argentina y será algo distinto y quizá deje de existir para dividirse en miles de pedazos o para integrarse en otro tipo o forma de división política. ¿Será que nos quieren hacer creer que el desarrollo histórico ha culminado y que lo establecido es eterno? En este sentido ¿Debemos pensar a la Argentina con la lógica tradicional o dialecticamente? Para los fines de ubicarla en un mapa político mundial del siglo XX, con la lógica tradicional nos es suficiente. ¿Pero si queremos comprender su desarrollo histórico nos basta la lógica formal? No.

Procesos que se suceden unos a otros.

Reflexionando nuevamente sobre la manzana. Si vamos más allá con su estudio vemos que es fundamental saber que viene de una flor de un árbol y que ella misma con el tiempo, luego de madurar, de tener las condiciones necesarias, la semilla que lleva en su centro dará un brote y luego crecerá un árbol de manzanas, que si bien será “un árbol de manzanas” no será el mismo del que vino y que además dará otras manzanas, similares en apariencia pero totalmente diferentes. Y también esto nos lleva a analizar en que condiciones crece este árbol, como interactúa con el suelo y otros organismo. Es decir, nos damos cuenta que para analizar nuestra manzana de forma científica es fundamental estudiar toda la cadena de procesos previos. Vemos que un proceso se entrelaza con otro y constatamos nuevamente que existe un cambio que conecta el pasado con el presente y que luego, este presente, resultado de nuevos procesos, será pasado y así continuando en tanto exista. Todo se transforma en un constante devenir. Obviamente, a los fines prácticos si vamos a una verdulería a comprar manzanas para una ensalada de frutas, nos basta con saber lo mínimo de una manzana.

En algunas áreas de la ciencia, el profesional, utiliza este método dialéctico pero de manera inconsciente y luego suele ser en muchos casos incapaz de aplicarlo fuera de su trabajo. Antes de que Darwin haga su aporte sobre la evolución se creía que las especies eran categorías fijas que existieron desde siempre. Pero a la luz de sus investigaciones se pudo entender que hay un proceso de cambio constante y que nos permite comprender que las especies no son categorías fijas sino que se vinculan entre sí y que cambian constantemente según los desafíos del medio ambiente, las mutaciones y cruces genéticos. Esto que hoy nos parece claro para las especies, no nos parece tan obvio para el resto de las cosas. En la medida que avanzó la comprensión de la naturaleza y también de la sociedad pudimos constatar que se comportan de manera dialéctica. No obstante debemos aclarar que la naturaleza, el pensamiento y la sociedad no pueden ser analizados de la misma forma porque hay cuestiones objetivas y subjetivas que nos obligan a desarrollar una dialéctica para la naturaleza y otra más compleja y profunda para las sociedades y el pensamiento.

Ya mismo podemos suponer que: 1-como todo está en un proceso de cambio, todo momento o etapa es transitorio. 2- que el cambio está impulsado por algo que se opone y expresa una contradicción. 3- cada proceso y cambio está ligado a otros procesos anteriores.

Una vez asumido que el “cambio” lo es todo, porque allí damos cuenta que las cosas existen, nos viene la pregunta obvia: Si hay cambio ¿Cómo podemos describirlo? La mitad del problema ya lo tenemos resuelto: lo que cambia, cambia, porque se le opone algo, ya que de lo contrario, si nada se le opone, ¿Por qué cambiaría? Esa oposición -que luego veremos con detalle porque no hablamos de cualquier tipo de oposición- como es de esperar, interfiere y genera un nuevo estado de las cosas. Si observamos con atención advertimos que hay dos tipos de cambio: 1- el que es gradual, que puede llegar a ser difícil de percibir. 2- el que es un cambio tan evidente que nos da la sensación de que se produjo un salto de un estado particular a otro muy diferente.

Cambios cualitativos y cuantitativos.

Pensemos en una olla con agua sobre el fuego. Si tomamos la temperatura veremos que va subiendo. Observamos un cambio en la cantidad de calor del líquido: 20 grados, 35 grados, 75 grados, etc.. Vemos que el agua sigue siendo liquido pero con diferente temperatura. Apreciamos entonces que hay un cambio en cantidad en una de las características: su temperatura. Pero cuando estamos llegando a los 100 grados ocurre algo más interesante: el agua comienza a evaporarse. Es decir vemos un cambio de otro tipo: ya no se trata de cantidad de calor, ahora hay un cambio “cualitativo”, de liquido a vapor. Es decir, un cambio de “calidad” que da cuenta del resultado de la acumulación de muchos cambios cuantitativos. Las cualidades del vapor y liquido son totalmente diferentes. Son de un orden superior respecto a las diferencias existentes entre el agua a 20 y 50 grados centígrados. Nosotros sabemos todos los motivos por los cuales el Agua es el Agua y no otra cosa. Pero también sabemos que el agua a 70 grados podría aniquilar determinadas formas de vida mientras que para realizar una infusión no está suficientemente caliente. Es decir, dependiendo de la temperatura, para algunos fines, no nos dará lo mismo que la idea abstracta de agua nos diga: el agua es el agua y no otra cosa. Mucho más si ésta cambió de fase y ahora es vapor.

En nuestro experimento el agua que tenemos en la olla hasta los 99 grados centígrados se comporta de una manera específica. Y ocurre algo muy interesante: vemos que por un momento (que durará en función de las condiciones en la que realicemos este experimento) el agua convive en dos fases distintas: vapor y líquido. ¿De qué depende de que toda la fase líquida se vuelva vapor o el vapor vuelva a ser líquido? De la cantidad de calor que siga recibiendo. Esta cantidad de calor, de ser suficiente, genera en el agua liquida, por los sucesivos cambios de cantidad, su negación, es decir, vapor, que terminará por superarla si se dan las condiciones necesarias. ¿Podría haberse dado el cambio cualitativo liquido-vapor de no ser que el agua liquida contenía en si mismo la posibilidad de ser vapor? Entonces concluimos que del mismo líquido se engendra su contradicción: el vapor no aparece por magia.

Pensemos ahora en un ejemplo distinto. En un bebé. ¿Cuántos intentos de pararse realiza antes de caminar? Si vemos a un niño muy pequeño vemos como intenta pararse por primera vez. Se cae. No tiene equilibrio. Pero de a poco, a pesar de no llegar a caminar o mantenerse erguido por más de unos segundos, vemos que progresa. Con cada golpecito, con cada intento, va acumulando una experiencia en su cerebro que en un determinado momento será suficiente para empezar a caminar. De estar gateando a estar parado vemos un salto cualitativo. Los progresos intermedios antes de llegar a estar parado son la expresión de los cambios cuantitativos: pequeñas sumas de experiencia que van ayudando a dominar el equilibrio.

Las contradicciones dialécticas y las “oposiciones” que venimos mencionamos.

Como pueden ver en estos ejemplos el salto de calidad, cuando ocurre, tiene cierta convivencia con el estado anterior de las cosas. El agua se evapora pero a la vez, durante algún período de tiempo que dependerá de las condiciones especificas dadas, hay agua en estado líquido: no se evapora instantáneamente en su totalidad. El bebé que se para por primera vez, da los primeros pasos, pero probablemente vuelva a caerse hasta dominar definitivamente la cuestión: no camina como un adulto de un instante al otro. Esta “convivencia” pone en manifiesto una lucha que es expresión de que tiene en sí misma lo que le es contrario, a veces de manera muy evidente, otras menos. Caminar es en el crecimiento de un bebe una oposición a gatear. Pero no es una oposición salida de la nada: nunca el bebe hubiese intentado pararse de no tener incorporada dicha contradicción. Es decir, cuando hablamos de contradicciones dialécticas no nos referimos a meras oposiciones cualesquiera sino aquellas que están íntimamente relacionadas con lo que estamos estudiando y que forman un todo que lucha entre sí hasta la superación de uno sobre el otro generando un nuevo estado.

Pensemos en la vida y la muerte. Desde el punto de vista que se nos enseño en la escuela, se está vivo o se está muerto. Pero desde el enfoque dialéctico notamos algo más profundo. Vemos que vivir y morir son contradicciones inseparables. Cuando vemos lo que ocurre biologicamente en nuestro cuerpo, en la medida que pasa el tiempo, las células van muriendo, las capacidades fisiológicas deteriorándose y así no acercamos a nuestra muerte. Vemos que hay una sucesión de procesos y cambios cuantitativos que se van acumulando. Llegado un momento nuestras funciones vitales dejarán de funcionar y veremos que los cambios cuantitativos acumulados devienen en un cambio cualitativo: la vida se transformó en su contrario, es decir, en muerte. No obstante vemos que aún siguen células vivas por un lapso de tiempo y que la muerte contiene en sí misma su contradicción: vida. Continúan luego otros procesos que dan continuidad a más cambios, movimientos y con nuevas contradicciones.

Pasando en limpio. Los cambios -dialécticos- están relacionados por cuestiones antagónicas: liquido-vapor, gatear-caminar, fruto-semilla, vida-muerte, etc. A estas oposiciones las llamamos contradicciones. Y no son contradicciones cualquiera, son contradicciones de tipo dialécticas (recordemos que usamos el término dialéctica en el sentido filosófico no en la cuestión asociada a dialogar). Son “negaciones” de un estado de las cosas por otro distinto. Pero son negaciones que están contenidas en el mismo objeto que se estudia. Vemos que estas negaciones y contradicciones son el motor que dinamiza la realidad. Encontramos finalmente que cada cosa contiene es sí misma a su contradicción. Y esta conclusión es el corazón de la dialéctica.

Si leyeron hasta acá, y se están preguntando, ¡¡¡Gaston!!! ¿’Por qué querés que leamos esto si sos activista y siempre nos rompes con otro tipo de temas? En breve se van a sorprender!!!

Empezando a aplicar la reflexión dialéctica a la sociedad.

¿Que ocurre si utilizamos esto para pensar la sociedad? ¿Si pensamos el sistema capitalista que todos los santos días nos exprime? Vamos primero por lo que se nos ha enseñado desde la lógica no dialéctica. Nos han dicho: “Esta es la sociedad que tenemos, siempre ha sido así y siempre lo será”. “Pobres y ricos hubo siempre” “La prostitución es el trabajo más antiguo” “Tenemos democracia, el mejor sistema de todos, ya alcanzamos el máximo sistema” “gracias al empresario tenemos trabajo”. Bueno, veamos.

Primero, como ya hemos demostrado, lo que no cambia, simplemente, no existe. Como nosotros en nuestra experiencia diaria estamos inmersos en un sistema dado, en el cual vivimos, sabemos que existe, por lo tanto, si existe, está en movimiento, es decir está en constante cambio. Lo hace entonces, de forma dialéctica: no son cambios azarosos. Esto no es menor. Porque de aquí parte la posibilidad de plantearse “cambiar el mundo”.

Podemos ahora hacer una descripción de la sociedad capitalista. Llegarías, como en los ejemplos del principio, a advertir que en realidad la sociedad capitalista no es siempre igual, sino que tiene cambios: no es el mismo capitalismo el del siglo XIX que el del siglo XX, ni el capitalismo de entre guerras es el mismo que el neoliberal de los 90, y que a su vez, en la historia de la humanidad, no siempre ha existido el capitalismo. Y aquí nos vemos obligados a que si vamos a estudiar la sociedad capitalista no podemos detenernos unicamente en “existe una clase social que posee los bancos, industrias, medios, etc., y otra que vende su fuerza de trabajo a esa clase a cambio de un salario para poner en marcha dichas posesiones” porque no la veríamos en su movimiento sino solo en alguna de sus características y no podríamos deducir como orientar nuestra lucha. ¿Se puede entender en profundiad como la manzana llega a ser esa manzana sin entender el árbol del cual vino? ¿Nos interesa ver la abstracción de una manzana sin historia ni cambios, es decir sus características elementales más generales y de solo un momento, o más bien cómo es que la manzana verde madura, que condiciones son necesarias para que de su semilla crezca otro árbol? Volviendo a nuestro caso: ¿Vemos al sistema actual como algo siempre igual a si mismo, es decir, como algo perpetuo sin cambios que solo existe como abstracción, o como un sistema en movimiento que tiene una historia y que existen procesos concretos que podemos estudiar para entender así sus constantes cambios? ¿Existe relación alguna entre los sistemas previos, esclavista, feudal, y el capitalista? Y si existen esas relaciones, ¿cómo han desarrollado y cómo se vinculan? ¿Cómo se presentan las contradicciones en este desarrollo? ¿Cómo nos ayuda la dialéctica a estudiarlo correctamente?

Rastreando los procesos, cambios y contradicciones -dialécticas- en la historia.

Con estas preguntas que quizá nunca nos hayamos hecho -que responderlas en profundiad implican un extenso estudio que excede este texto- podemos anticiparnos y analizar brevemente algunas cuestiones: Si la explotación se da de una clase social sobre otra, implica entonces, cierta organización social donde existen clases. Como hablamos de algo concreto que existe, debe tener una historia, porque nada surge por arte de magia sino por la concatenación de procesos. Entonces las sociedades de clases y las clases tuvieron un principio.

¿La organización de las primeras tribus cazadoras era la misma que la organización surgida tras la domesticación del los animales y los conocimientos en agricultura? ¿Qué ocurrió cuando el humano aprendió, con la experiencia acumulada, es decir, con los cambios cuantitativos de conocimiento, que con la siembra puede garantizarse alimento para toda la comunidad y asentarse en un mismo territorio? ¿Cómo afectó al desarrollo social las técnicas que permitieron producir más de lo que se consumía y así aparecía un excedente que podía intercambiarse con otros grupos de individuos? Con estas preguntas ya empezamos a sospechar como se entrelazan los procesos. De una cuestión emergen otras. Vemos cómo se relacionan y que existe un movimiento continuo. Una vez más reafirmamos, a la luz de la historia, que nunca existió un sistema acabado sino, todos han sido transitorios. No hay razón para pensar que vivimos una excepción. Profundizar en estos temas requeriría libros completos especialmente dedicados. “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado” de Engels es un buen ejemplo.

Pero hoy hablamos de oposiciones y contradicciones. ¿Que lugar tienen las contradicciones dialécticas en esta cuestión? Mencionamos, muy brevemente, que las sociedades humanas no siempre han sido de clases. Deducimos que las clases tienen una historia y por lo tanto un desarrollo. Cuando nos ponemos a estudiar como evolucionaron las sociedades notamos que las diferentes clases, oprimidas y opresoras, se relacionan en una oposición donde ninguna tiene sentido sin la otra. El amo, es amo, en tanto tenga esclavos. El esclavo, como parte de una clase social, tiene intereses diferentes a los intereses del amo. Esos intereses contrarios y antagónicos expresan una lucha. Este proceso tiene como eje el desarrollo de las fuerzas productivas. Es decir, de aquello que crea la riqueza y que es la razón por la cual una clase busca someter a otra y mantener algún tipo de beneficio o privilegio que según el período histórico tendrá sus propias características. Como es de esperar esta lucha entre las clases con el tiempo que dará como resultado un sistema distinto.

Vemos también, cuando estudiamos el desarrollo histórico, que las clases que darán fin a un sistema son engendradas por este mismo. La burguesía se gestó en el seno del sistema feudal hasta que fue lo suficientemente fuerte para acabar con ese sistema e imponer el suyo propio: capitalismo. La sociedad feudal engendraba en si misma su negación, que de prosperar las condiciones necesarias, la transformaría en su contrario. Esa transformación es un salto cualitativo mientras que el desarrollo de las condiciones necesarias son muestra de los cambios cuantitativos. Pero es importante recordar que no todo se pierde y que el sistema nuevo posee en su interior parte del sistema que superó. Podemos ver por ejemplo como existen hoy día títulos de nobleza en algunos países europeos. No olvidemos que la “oposición” de la que venimos hablando desde el comienzo se llama en dialéctica “negación”.

Entonces vemos que el sistema capitalista no existió siempre. Sino que fue producto de la lucha de clases dentro del sistema feudal posibilitado por el desarrollo de nuevas formas de producción que dieron lugar al desarrollo de la clase burguesa, que a su vez fue posible por las ideas de los pensadores de la Ilustración. Y como todo se relaciona y cambia, también sus mecanismos de dominación no son los mismos que los de la clase que depuso. Así como el sistema feudal o el esclavista tuvieron su nacimiento, desarrollo, apogeo, decadencia y su superación -a fuerza de las contradicciones propias de cada sistema-, nada parece indicar que el sistema actual escapa al desarrollo dialéctico. Pero ojo! La hisotria nos muestra “retocesos” que también se apegan a la dialéctica y que demuestran que el destino no está necesariamente determinado.

¿Y nosotros?

Es hora de pensar en nuestra clase. La trabajadora. Esa que aparece con la burguesía y que hoy es la clase más numerosa de toda la historia de la humanidad. Aquí tenemos nuestra contradicción: una clase capitalista y una trabajadora que tienen intereses contrarios y que dan una lucha constante (recuerden que el corazón de la dialéctica es la lucha constante de los contrarios que dan un continuo cambio y moviemiento). ¿Dónde está esa lucha? A veces se da en revueltas populares. Otras de maneras más sutiles como exigir un aumento de sueldo, la lucha por menor tiempo de trabajo o la conquista de derechos como por ejemplo las vacaciones. Los trabajadores y los patrones viven constantemente en una lucha: “te pago para que trabajes para mi y aumentar mis ganancias” vs “quiero trabajar para mí y ser dueño de lo que produzco”. Estas oposiciones, sutiles o bruscas, son la expresión viva de la lucha de clases en el capitalismo. También se la ve en las ofensivas de la clase dominante cuando por ejemplo limitan los derechos de la clase trabajadora, cuando se persigue a los trabajadores organizados u activistas, desarrollan nuevos mecanismo de dominación, etc., o llegan incluso a instalar dictaduras militares para barrer con todo lo “peligroso para el sistema de dominación”.

Ahora que nos valemos, aunque muy superficialmente, de la dialéctica ¿puede alguien decirnos que todo ha sido siempre igual y que por lo tanto lo seguirá siendo y que nos quedemos “tranqui”? ¿Que la injusticia y desigualdad es eterna? ¿Es la conciencia del humano siempre la misma y que explotar a unos y a otros es algo inevitable? Si la clase burguesa aplastó al feudalismo e impuso un sistema que le permitiría ejercer el poder por sobre el resto de las clases, ¿No es la clase trabajadora la negación en esta contradicción que motorizará el cambio a un sistema que aplaste a la clase burguesa y termine, por ejemplo, con el hambre en el mundo? ¿Puede la clase trabajadora cambiar las relaciones de fuerza y ponerse sobre los capitalistas para iniciar un cambio de sistema?

El capitalismo, entonces, engendra en su interior su negación, la clase trabajadora que al volverse consciente de si misma vence la dominación ideológica lucha por el socialismo. Una de las particularidades del capitalismo es que en la medida que crece el sistema hace a la clase trabajadora más y más numerosa agudizando las contradicciones a la vez que desarrolla mayor artillería ideológica y material para impedir su superación: todos los aparatos ideológicos como escuela, religión, medios de comunicación hasta los represivos y servicios de inteligencia están al servicio de la clase dominante. Si no montan todos los mecanismos de dominación ¿Cómo hacen para contener el peligro del desarrollo de la conciencia en los trabajadores? Cada avance que damos en la lucha, cada avance de conciencia que desarrollamos como clase trabajadora, es decir que se reconoce como perteneciente a una clase con intereses propios y opuestos a los de su opresor, cada conquista por pequeña que sea, representa pequeños cambios de cantidad, que llegado un momento nos permitirá dar un salto cualitativo. Vemos que eso ocurre desde la barbarie, el sistema esclavista, el feudal hasta llegar al capitalista. Nuevamente, ¿Qué nos hace pensar que este sistema no es transitorio? Pero recordemos que nada ocurre por si solo sino si se desarrollan condiciones necesarias. El agua no será vapor si no acumula el suficiente calor. La manzana no dará un árbol si no cae en suelo fértil. En nuestro caso, es mucho más complejo: necesitamos desarrollar la conciencia de toda la clase trabajadora. Porque ojo, como la historia no está determinada, si no hacemos lo necesario en lugar de una sociedad más justa el capitalismo podría llevarnos a una barbarie gigantesca: ya empezamos a ver gigantescas migraciones, desastres ambientales, brotes fascistas, miles de millones sin acceso al agua potable y en pobreza extrema, extinción de especies, etc.

¿Cuales son nuestras metas como clase? Primero que la clase dominante sea la clase trabajadora, para así poder enfrentar a la pequeña -en número- pero poderosísima clase capitalista. Este período es el que vivimos seamos consciente de ello o no. Luego, si miramos al futuro, de esa etapa transitoria -que necesitará de todos nosotros y que no sabemos cuanto durará-, una vez que la burguesía sea fagocitada por los trabajadores, la clase trabajadora dejará de existir como tal y se construirá un sistema sin clases, es decir, sin opresores ni oprimidos donde se tomará lo mejor de este sistema y se avanzará a uno superior.

Cuando uno aprende todo esto, lo primero que hace es tratar de ver que en todos lados está presente la dialéctica y esto puede ser síntoma de que aún no se la comprendió correctamente. No todos los cambios son de tipo dialéctico. Si pensamos en el ejemplo de la manzana vemos que una cosa son los cambios provocados por su dinamismo natural: maduración, brote de semilla, etc., mientras que hay otros cambios que no tienen que ver con esto: la arrancaste del árbol y te la comiste. Vemos que son cambios distintos. Uno corresponde a la evolución de la manzana y el otro a un hecho tiene más que ver con tu intención de comer una manzana que con su desarrollo. Pensando en el río, si construimos una represa, el rio sufrirá cambios enormes. Pero no debido a su evolución propia del rio y la naturaleza. Y si pensamos en la sociedad, si cayese un meteorito redujera la existencia humana al salvajismo, claramente, no fue un cambio dialéctico. Sí lo sería si producto de las contradicciones del sistema capitalista, terminamos en la barbarie (cosa que es muy probable si no luchamos para apoderarnos del destino de la humanidad).

Hay que remarcar que entender el desarrollo dialéctico de la sociedad y el pensamiento es más complejo que en la naturaleza. Partiendo del hecho de que el humano está cargado de una subjetividad que no está presente en una manzana o un río o que las sociedades son profundamente complejas, es sencillo comprender que requiere un estudio mucho más extenso y exhaustivo. Los ejemplos aquí utilizados, al estar orientados para ser un primer y superficial acercamiento a la dialéctica, se valen de simplificaciones que son contrarias a la esencia del método dialéctico pero que nos ayudan a tener un primer vistazo. La dialéctica nos lleva a analizar todos los aspectos de una cuestión y como se van desarrollando.

Y recordemos algo que se mencionó: tampoco podemos concluir que haya un determinismo que nos diga “como esto es transitorio, ya se superará.. solo hay que esperar” o que “todo cambio es superador, por lo tanto, siempre se evoluciona en el buen sentido”. No es así, nosotros somos parte activa de como se orienten los cambios.

De esta manera, muy superficial y a modo de primera aproximación, la reflexión dialéctica se transforma en un punto de partida para todo análisis profundo que sirve de herramienta para el profesional -en el área que sea- y también para el trabajador que día a día se somete a la explotación del sistema. Una vez incorporada, el pensamiento se enriquece y se transforma en un arma letal contra la ignorancia impuesta por el sistema cuyo fin es la perpetuidad de las formas de explotación.

SE PUEDE Y DEPENDE DE NOSOTROS!!!

Gaston Sardelli.

El Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) nace como coalición electoral en base a una serie de puntos programáticos anticapitalistas para hacer frente a las Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias (PASO). Esto es fundamental para comprender su desarrollo: es la respuesta a una ofensiva del Estado. Las PASO empujaron a los partidos a acercarse y formar el FIT. Es decir, no nace exclusivamente de la voluntad de armar un frente, sino de la necesidad impuesta por la realidad.

Los partidos que lo forman, el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), el Partido Obrero (PO) e Izquierda Socialista (IS), son los tres más importantes de referencia para la clase trabajadora. Cada uno con sus propias características y fuerza militante; de corriente trotskista. Una característica fundamental de su ADN: la construcción de un partido que sea capaz de guiar a la clase trabajadora a través de los distintos conflictos propios del capitalismo a su liberación y a la conquista del socialismo. El motivo por el que existen tantos partidos trotskistas y no uno unificado es porque, a pesar de compartir los fines, cuando se analiza la realidad y desarrolla las tácticas y estrategias, poseen diferencias que al ojo del trabajador no formado en la tradición marxista son diferencias sin importancia, mientras que para el militante que dedica tiempo de reflexión sobre el proceso histórico y el desarrollo de la lucha son fundamentales.

Ante todo, los que somos marxistas nunca debemos olvidar que los tiempos de la historia son lentos en relación a nuestro reloj biológico. Salvo momentos cruciales de quiebre y lucha intensa, pero que no son más que la acumulación de muchos otros procesos. No debemos despegarnos de la reflexión dialéctica, menos en estos momentos. Suele ser tentador caer en fórmulas esperanzadoras con las que luego, ante el primer cimbronazo de la realidad, uno se frustra. Tal es el caso de que el FIT irá a las PASO para definir su candidato a presidente, cuando los activistas de izquierda en general hubiésemos querido que no se utilice ese mecanismo que tanto repudiamos por proscriptor y antidemocrático (tampoco seamos hipócritas y recordemos que las elecciones en general son proscriptivas y antidemocráticas al estar totalmente bajo control y financiamiento de la burguesía con sus aparatos, medios y Estado). Pero es fundamental que estas cuestiones nos permitan ahondar en nuestra reflexión sobre la lucha de clases y cómo nos posicionamos.

En mi opinión no podemos –por ahora y solo por ahora– esperar mucho más del Frente de Izquierda de lo que es hoy en día: un frente electoral con un programa anticapitalista de unos cuantos puntos, suficientes para ser un punto de partida, pero que aún no tiene un desarrollo en conjunto. Pero, repito, solo por ahora, ya que apostamos a una superación y construcción. No minimicemos este paso fundamental de acercamiento de estos partidos por “la cuestión electoral”, porque conocemos su trayectoria de lucha clasista y no se trata de un rejunte como ocurre en los partidos patronales y centroizquierdistas.

Sabemos que los tres partidos reúnen las características de militancia clasista anticapitalista más importante del país. En suma, ponen el cuerpo en los conflictos de clase, poseen una enorme cantidad de centros culturales y locales, presencia en sindicatos, comisiones internas y fábricas, presencia en el sistema educativo, presencia en medios, desarrollo de polos audiovisuales, editoriales y la capacidad de movilización hace de estos partidos –por ahora en un frente– un germen fundamental para un gran bloque que albergue y potencie toda fuerza militante anticapitalista. Es decir, tienen capacidad de lucha en todos los aspectos, incluyendo obviamente las elecciones democráticas. Aunque estas sean una herramienta de dominación burguesa, no debemos regalarles espacios a los partidos afines o reformistas del capitalismo, porque también se da batalla en ese plano donde las masas acuden cada dos años a expresar su voluntad política, con o sin conciencia de clase.

Sin caer en un análisis simplista ni reduccionista, pero con la intención de que sirva para llevar adelante una reflexión sobre las dinámicas del frente, podemos preguntarnos si la más básica conjetura dialéctica tiene su lugar en este proceso. Si el Frente de Izquierda es el inicio de un largo camino a la construcción de un partido revolucionario de masas, capaz de canalizar y desarrollar los conflictos donde la clase trabajadora será la protagonista, brindando así la herramienta fundamental para combatir el capitalismo, podemos preguntarnos: ¿son los partidos que lo componen la principal contradicción del FIT? ¿Los partidos están dispuestos a construir un Frente que culminará en un gran partido (es decir, su negación) que tendrá la disolución de los partidos actuales en tendencias internas? Esta naturaleza dialéctica, ¿no explica esa resistencia y tensión entre las fuerzas internas del FIT, así como la relación entre éstas y la construcción misma del frente?

Si todo sale bien, y los militantes de estos partidos hacen las cosas “bien”, es decir, ponen la lucha de clases por sobre cualquier otra cuestión, cualquier sectarismo o fetiche, en unos años, muchos o pocos, estaremos celebrando la disolución de los partidos que hoy integran el frente, así como la transformación superadora del mismo en una herramienta de lucha de los trabajadores en cuyo interior se albergará las distintas tendencias que forjan la emancipación incondicional de los trabajadores.

Hoy exhibe sus enormes limitaciones, como la incapacidad de definir las candidaturas o como esa mezquindad que puede verse en algunas ocasiones respecto a potenciar la popularidad de los cuadros del partido que no le es propio –que bien pueden ser diferencias políticas de fondo–, pero también debemos ver sus potencialidades como construcción política, que tenderán a fagocitar esas debilidades y contradicciones al calor de la lucha de clases.

Por esto el FIT hoy es nada y es mucho. De la misma manera que una semilla no es un árbol, pero cuidala y tarde o temprano lo será. Yo apuesto, no por azar, sino por reflexión, por ese “mucho”, por esa semilla que es algo concreto y no un “mucho” en abstracto. Todos los trabajadores tenemos la tarea de militar para y por el Frente de Izquierda y hacernos parte de él más allá de los tres grandes partidos que lo integran sin que eso no implique potenciar sus desarrollos como partidos revolucionarios y dar dinamismo a esta contradicción que motoriza el proceso. Si todo sale aún mejor, activistas de toda la región verán esta experiencia y sus conquistas, potenciando nuestra meta internacionalista de articular la lucha conjunta más allá de las fronteras.

Gaston Sardelli. Trabajador en el arte.

(Gracias por compartir/publicar en cualquier medio este texto. Por favor poner link orginal de esta entrada)

PREJUICIOS AFINES AL SISTEMA DOMINANTE

Dado que en muchos casos cuando armamos debates surgen preguntas o respuestas que nacen de ideas erróneas, se me ocurrió escribir esto para no tener que gastar tiempo en cada caso puntual y dar una postura general desde donde parto a la hora de discutir.

Para entender lo que a grandes rasgos son algunas ideas de izquierda anticapitalista basado en los típicos prejuicios instalados en la sociedad. Algo que es muy básico pero que ni la escuela, ni el trabajo, familia o religión te dice. Incluso vas a notar que muchas respuestas no forman parte del “sentido común” y vas a sentir que no estás de acuerdo pero “no sabés por qué”. Cuando las reflexionas te das cuenta de las mentiras asumidas como verdades que te alejan del “sentido crítico”.

Todo prejuicio nace de ignorar. Y no es casualidad que se desconozcan algunos conceptos e ideas. En especial aquellas que son peligrosas para el sistema dominante. Esta es una lista de prejuicios que se tienen sobre comunismo y anarquismo o las ideás de izquierda en general. Más al final, un intento de salvar al arte de la fetichización y desarrollar la idea de conciencia de clase.

 

INDICE

1- El anarquismo es desorden, caos, libertinaje, la ley de la selva.

2- Es anarquismo es una utopía.

3- El comunismo es una dictadura.

4- El anarquista/comunista que gana dinero es un chanta.

5- a. Entonces que diferencia al anarquista/comunista que gana dinero respecto al “burgués” que tanto critican?.

Son unos chantas !!

     b. Cualquiera, cada trabajador recibe lo que se le puede pagar.

     c. Mentira, hay países que casi no tienen desempleo.

6- Es de burgués querer comodidad. El que es de izquierda tiene que ser coherente con su ideología.

7- El comunismo es injusto porque vos te matás laburando y viene otro que no hace nada y tiene lo mismo.

8- Bueno pero por que todos tenemos que tener lo mismo si somos todos distintos.

9- ¿Y si a mi se me canta tener 100mil hectáreas?

10- ¿Y si a mi se me canta tener un 4 mansiones?

11- Pero bien que te tomás una CocaCola.

12- Pero vos que decís si tus discos eran de Warner, una multinacional. No sos independiente, así que callate.  CARETAAAAAA!!!.

13- a. Aun así vos criticas a los capitalistas y les hacés ganar plata. Sacate tu disco vos mismo.

       b. En otras palabras, te vendiste!

14- Ah.. ahora decis marketinero como si tu banda no fuese la más marketinera de todas.

15- Ah claro, para vos entonces todo es marketing…

16- Y entonces porqué no dejás de hacer estas canciones y te ponés a hacer cancioens como Rage Against the Machine.

17- Bueno.. ahí te agarre. Sabemos bien que no es lo mismo, el que hizo con el Che es más coherente que el del corazón.

1- El anarquismo es desorden, caos, libertinaje, la ley de la selva.

Es normal que escuchemos a periodistas, docentes, personalidades de los medios de comunicación, utilizar la palabra anarquía con una connotación negativa. Por el contrario el anarquismo es el orden social perfecto. Es la sociedad auto-organizada sin que haya algo o alguien por sobre cada individuo. Y cada uno tiene un nivel de conciencia social suficientemente avanzado para poder coexistir en paz y armonía con el resto. Anarquismo es a la sociedad lo que un pieza musical de Bach a la música. Es un orden bello y pacífico, todo lo contrario al desorden que intentan asociarle.

2- Es anarquismo es una utopía.

Que no existan hoy en día las condiciones para vivir en anarquía no quiere decir que sea algo utópico. ¿Algún campesino en la Edad Media pensó que alguna vez existiría presidentas electas mediante el sufragio? Seguro pensarían que eso sería una utopía. Es más, en realidad peor aún, probablemente en aquellos tiempos ningún campesino siquiera hubiese pensado que tal idea de que una mujer electa por mecanismos democráticos exista. Entonces, acá ocurre lo mismo. Por eso, incluso los marxistas, entienden que finalmente, luego de que los trabajadores instalen una democracia que les sea propia, tarde o temprano al haber una sola clase, la anarquía será el máximo orden social. Una de las grandes discusiones entre marxistas y anarquistas es que para los primeros es necesario conquistar el Estado para asegurar las condiciones que permitirían destruir todo tipo de opresión social.

3- El comunismo es una dictadura.

Eso se recoge de algunas experiencias comenzaron como procesos revolucionarios. Por ejemplo Stalin en la Unión Soviética terminó siendo un dictador que terminó enviando a matar a millones de comunistas y anarquistas, entre ellos a Trotsky. Liquidando así todo el desarrollo del potencial soviético. Por más que algunas figuras o regímenes se hayan proclamado marxistas o comunistas lejos estaban de encarnarlo. El comunismo es básicamente la propiedad colectiva de los recursos y medios de producción. Lo que realizaron los gobiernos “comunistas”, que suelen citarse como ejemplos negativos, fue el armado de una burocracia que se organizó parasitariamente donde la clase trabajadora fue explotada de otra forma que la manera del libre mercado. Una burocracia en estos términos que dice representar a los trabajadores no es mas que una deformación de un Estado obrero. En términos actuales no puede existir comunismo si existe una dictadura civil porque entonces no serían los trabajadores los que delinean su organización político-económico-social. Este prejuicio es utilizado para que el verdadero significado del comunismo no se conozca. Por ejemplo podemos definir que es la PAZ. Luego vemos que Obama recibió el Premio Nobel de la Paz. Y que su país, bajo su mandato, envía misiles y tropas donde necesite imponerse para mantener su dominio global. De pacifista no tiene nada. Pero no por ello diremos que la paz es enviar marines a saquear países. Así como la paz no es Obama, comunismo no es ni China, ni la URSS stalinista, etc. El comunismo es la democracia dirigida por y para los trabajadores.

4- El anarquista/comunista que gana dinero es un chanta.

Cualquier persona que se desarrolla dentro de un sistema capitalista debe generar dinero para sobrevivir porque se lo es privado de nacimiento al acceso libre a la tierra, trabajo, estudios, salud, cultura, etc., a menos que provenga de la clase capitalista, dueña de la tierra y medios de producción de riqueza. Es decir, tiene que rebuscárselas para sobrevivir. No puede vivir fiel a su ideología. No puede ir al COTO y decir.. “soy anarquista, me llevo 4 tomates, dos jabones y un paquete de fideos”. Tampoco puede subir al colectivo y decir “soy comunista.. permiso”. Y así con todo. Está obligado a someterse a aunque sea a un mínimo de imposiciones de la sociedad capitalista.

 

5- a. Entonces que diferencia al anarquista/comunista que gana dinero respecto al “burgués” que tanto critican?. Son unos chantas!!

No. La diferencia está en que se ignora -y no es casualidad- qué es el dinero y cómo se obtiene. El trabajador es quien genera toda la riqueza existente. Es el que pone el trabajo físico e intelectual. Todo eso a cambio de dinero, por ej. en forma de salario. Algunos trabajos, por una cuestión de mercado y/o derechos conquistados por la clase trabajadora, pueden generarle más a un trabajador que a otro. Pero sea cual fuera el área donde se desempeñe, parte de esa riqueza que genera le es expropiada por el capitalista. Este es quien posee los medios y recursos para producir. Así que compra la fuerza de trabajo de otras personas -sea en forma física o intelectual- para que generen riqueza a partir de los medios y recursos que él posee y son inaccesibles a la clase trabajadora.

Una vez generada la riqueza, paga una pequeña porción como remuneración para el trabajador y se queda con todo el resto generado. Ese resto es lo que llamamos plusvalor o plusvalía. Ese dinero que el capitalista obtiene de cada trabajador es lo que se transforma en capital. En cambio, ese dinero que el trabajador recibe solo es una parte de la riqueza generada por él mismo y sus compañeros trabajadores. Por lo tanto, si es mucha o poca, no es reprochable. Porque es cómo se obtiene el dinero lo que lo sitúa dentro de una clase o de otra.

b. Cualquiera, cada trabajador recibe lo que se le puede pagar.

No, esa pequeña porción que recibe el trabajador es el mínimo monto necesario para que pueda al otro día volver a trabajar. Es decir que no importa cuanto produzca. El capitalista le pagará con suerte lo necesario -por lo general insuficiente- para que se alimente, entretenga, vista y se cure así cada día puede presentarse a seguir trabajando. Y es también lo suficiente para que la clase a explotar se reproduzca y siga existiendo como tal. Solo cuando hay una fuerte organización sindical y política se puede conseguir mejoras en ese monto y conquistar aumentos salariales. Esto se ve agravado por el hecho del desempleo: “tómalo o déjalo… si no te alcanza hay una cola afuera desesperada por tomar tu lugar”. Esta masa de personas sin empleo es lo que Marx llamaba “ejercito de reserva”. Por eso mismo, en la sociedad capitalista siempre existirá desempleo.

c. Mentira, hay países que casi no tienen desempleo.

En un mundo globalizado, donde las corporaciones están formadas por capitales trasnacionales no se puede pensar un país aislado. Existen ciertos países con estabilidad económica y social por el simple hecho de forman parte de los que someten a los países subdesarrollados. Estos países tienen un alto nivel técnico y trabajos bien calificados mientras que los países explotados realizan trabajos de menor calificación y aportan los recursos. Es lo que llamamos IMPERIALISMO.

6- Es de burgués querer comodidad. El que es de izquierda tiene que ser coherente con su ideología.

Si entendemos que toda riqueza es generada por la clase trabajadora tras su trabajo físico e intelectual y junto con la acumulación histórica de saberes también generada por esa misma clase, ¿Cómo podemos pensar que solo pueden disfrutar sus frutos quienes los explotan, es decir los capitalistas?. Una cosa es el lujo como banalidad consumista y como símbolo de status que es reprochable en cualquier clase. Otra es el acceso a las comodidades que son resultado del esfuerzo de la clase trabajadora y que le es expropiada por la clase capitalista.

7- El comunismo es injusto porque vos te matás laburando y viene otro que no hace nada y tiene lo mismo.

Comunismo significa que todos tienen igual derecho y oportunidad -y no en el sentido de una competencia- de acceder a la tierra, recursos y medios de producción. No que unos trabajarán para mantener a otros. Cada uno puede trabajar tan intensamente como crea que es necesario según sus propias necesidades sin explotar a ninguna otra persona o también puede formar parte del conjunto social capaz de lograr grandes beneficios al explotar colectivamente los recursos y medios, para lo cual, necesariamente debe trabajar. En el sentido contrario el capitalismo vuelca esos beneficios en pocas manos. El comunismo colectiviza los beneficios.

8- Bueno pero por que todos tenemos que tener lo mismo si somos todos distintos.

Es que en realidad cuando en comunismo y anarquismo se habla de abolir la propiedad privada, no se habla de los efectos personales sino de los recursos, la tierra, los medios de producción -fábricas, maquinarias industriales que exceden la capacidad operaria de un trabajador, servicios públicos, estructuras de comunicación, infraestructuras de explotación de recursos, recursos tecnológicos y científicos. Tu cepillo de dientes, bicicleta, lavaropas, LCD, computadora, martillo, pincel, guitarra, equipo de audio de mega archi super ultra fidelidad, heladera… eso es tuyo porque no son medios de producción sociales. Entonces cada uno tendrá lo que necesite cuando realice una cantidad determinada de trabajo que le permita acceder a todo aquello que deja de ser una necesidad básica. Además una sociedad que desarrolle su conciencia colectiva y comprenda que el consumismo, el “tener por tener” o “tener para ser”, son paradigmas que destruyen el planeta y el desarrollo personal indiviudal, no buscará satisfacer ilusiones de poseer sino concretar la realización personal. El estallido creativo en literatura, arte y ciencia no tendría límites.

9- ¿Y si a mi se me canta tener 100mil hectáreas?

La tierra es para quien la trabaja. Seguro que si con tus propias manos -sin explotar a otra persona ni hacer abuso de la tecnología que pudiese aparecer- podes trabajar esa cantidad de hectáreas no habría problemas. Pero está claro que eso no es posible. Y si fuese posible habría que pensar si es justo que alguien sea dueño de la tierra mientras otros no. ¿Cómo podríamos decir que el agua, el aire, el sol, la tierra tienen dueño si ninguna persona realizó trabajo para crearlos?. ¿Por qué un niño nace sin derecho a reclamar siquiera una mínima porción de tierra mientras un rico puede poseer cientos de miles de hectáreas por el solo hecho de que hay un sistema que lo permite? Si el hombre hizo el sistema, el hombre puede cambiarlo.

10- ¿Y si a mi se me canta tener un 4 mansiones?

Boludos los hay y los habrá siempre. Pero son especialmente abundantes en la sociedad capitalista basada en el fetiche de poseer.

11- Pero bien que te tomás una CocaCola.

Yo precisamente no tomo CocaCola pero no porque sea una marca ícono del capitalismo. Simplemente porque es un veneno. Pero no veo mal que alguien que por ejemplo sea de izquierda consuma CocaCola o coma en McDonals (que tampoco consumo por se vegetariano y además es comida chatarra, yo cuido mi salud). Desde la perspectiva comunista no hablamos de prohibir CocaCola. Sino de que sea expropiada y que sea gestionada por los trabajadores para terminar con el proceso de explotación donde unos se hacen ricos a costa de otros. Si luego en el conjunto social llegamos a la conclusión de que es un porquería y sería mejor fabricar algo más sano, es otra cosa. El mercado ve solo ganancias y genera necesidades de consumo. Una sociedad comunista no genera necesidades de consumo sino satisfacer sus necesidades, lo que puede provocar, lógicamente, la desaparición de esas marcas tan indeseables.

12– Pero vos que decís si tus discos eran de Warner, una multinacional. No sos independiente, así que callate.  CARETAAAAAA!!!!.

El concepto de independencia es un problema si obstaculiza la comprensión y el desarrollo de la conciencia de clase. Un músico no vale más o menos si está o no con una multinacional. Ni eso le da un mayor valor moral a su obra o como artista. Porque ante todo el artista es un trabajador. Específicamente de la cultura. Crea y ejecuta arte. No importa si lo financió de su bolsillo o si lo financió un capitalista. No importa si es un músico contratado para hacer la música de una publicidad, una película, un disco contra el capitalismo, una obra infantil o un disco de canciones de amor. Nada de eso quita al músico de su rol de trabajador. Una multinacional es una empresa capitalista con muchos recursos y que expropia parte de lo producido por el artista. El artista, como todo trabajador, puede tomar la opción de buscar el mayor rédito posible por su trabajo. Si hablásemos de carpintería no se nos ocurriría pensar que los carpinteros contratados por EASY sean menos trabajadores que el carpintero que mantiene su negocio en el barrio. El problema es que el arte está por demás fetichizado y el artista por demás alienado por él mismo y por el prejuicio social.

13- a. Aun así vos criticas a los capitalistas y les hacés ganar plata. Sacate tu disco vos mismo.

Para empezar no todas las bandas tienen la oportunidad de grabarse un disco. Sale dinero y además se necesita de una estructura porque sino de tu arte no se entera nadie. Y a mi, no me gusta tocar solo para mi, sino también para el resto y si además eso me permite vivir, mejor aún. En mi caso particular no tenía suficiente dinero para bancar una grabación, video clips, buscar difusión, etc. Es por eso que vendí mi trabajo -físico e intelectual- a Warner a cambio de que me graben el disco, lo distribuyan, financien videos, fotos, etc.. Ellos poseen los medios y el capital. Yo poseía el trabajo. Esa es la relación básica del capitalismo, la cual me sitúa claramente como un trabajador.

b. En otras palabras, te vendiste!

Si, como lo hace cualquier laburante, con la suerte que en mi caso vendo mi creación. Otros menos afortunados tienen que vender su tiempo en actividades cada vez más alienantes o poner su conocimiento al servicio corporaciones como Monsanto. ¿Vos cómo te vendes?. Yo firme un contrato donde cedí muchos derechos. Derechos que de haber existido un conjunto de artistas que, en lugar de pensar en la droga que se tomaban con los empresarios que ensalsaban su desarrollo, hubiesen desarrollado su conciencia de clase y organizado, yo y tantos otros no hubiesemos tenido que ceder tantos derechos o retomaríamos la lucha desde lugares más avanzados. Ahora, además de ceder los derechos, tengo que escribir esto para que se entiendan conceptos básicos, porque tampoco se tomaron el trabajo de llevar adelante ningún activismo concreto en esta dirección más allá de alguna que otra canción contra los opresores.

De haber tenido el dinero para hacer la grabación, me hubiesen faltado los contactos y saberes propios del mercado. Si, dije mercado, no te asustes Led Zeppelin vendió más de 300millones de discos y no en su garage, en el mercado. Porque la realidad no es como la fantasía actual de que quieren hacerte creer que haces un demo lo subís a internet y ya está. Es como cualquier laburo: muy complejo y el capitalista no solo posee el dinero sino el resto de los medios que complementan el posible desarrollo profesional -es decir comercial- de un artista. Y los medios que no tiene, los tiene el Estado que es el principal garante de los empresarios.

Luego de 10 años de carrera profesional comprendí que se puede ganar mucho más dinero siendo independiente que estando con una multinacional como lo hace el Indio Solari. Pero también requiere desarrollar un espíritu empresarial porque el resto del sistema no deja de ser de mercado. Por lo tanto, incluso si sos independiente no estás eximido de llegar a ser el más «comercial», en el sentido de connotación negativa -término que se suele usar para justificar el consumo de un arte y no otro y así legitimarse en determinados espacios sociales. A mi personalmente, lo único que importa en ambos casos es si el artista desarrolló su conciencia de clase y entiende que la división entre independientes y no independientes no tiene importancia más que una división marketinera que funciona en diferentes espacios sociales y que no puede dividirnos como clase.

14- Ah.. ahora decis marketinero como si tu banda no fuese la más marketinera de todas.

Claro que mi banda tiene marketing. Como Nirvana, como ACDC, The Beatles, Led Zeppelin o la banda que quieras. O mejor aún como el que fabrica tazas, da servicios, repara autos, o el trabajo que quieras.. Porque a la hora de mostrarse todos tomamos ciertas posturas -no en el sentido de posar sino de “yo y el mundo”. Es decir, Angus Young no anda en su casa ni se levanta vestido de colegio con sus bermudas características. Hay una puesta. Una imagen pensada -no necesariamente premeditada- pero que luego es sostenida. Incluso los partidos de izquierda desarrollan su propio marketing en el sentido de lograr penetrar en la sociedad. Desde los colores a la tipografía. Y eso no está mal. Lo que podemos objetar es una acumulación de mentiras con el fin de instalar una idea o producto -sea artístico o no. En esa dirección muchos artistas que han levantado la bandera del anti-marketing han desarrollado herramientas de mercadeo muy poderosas transformándolos en verdaderos ejemplos de como hacer marketing teniendo millares de seguidores incapaces de argumentar frente a la mínima crítica sobre el tema -es que claro, el fanatismo no tiene argumentos, sea de un ricotero o una believer. Y lo que es peor aún, es que es un obstáculo para el desarrollo de una conciencia capaz de enfrentar, tras una unión entre artistas y público, al empresariado del entretenimiento.

15- Ah claro, para vos entonces todo es marketing…

No, no digo que todo sea marketing. Digo que el arte es producto del trabajo humano. No es una cosa etérea que se genera por voluntad divina. Sino que es producto de el trabajo físico e intelectual de una persona a lo largo del un tiempo específico. Y cuando se vive en una sociedad que lo mercantiliza todo – ya que hasta vos como persona estás cosificado y sos comprado como fuerza de trabajo en alguna empresa-, necesariamente el arte se comercializa bajo diferentes formas que son consumidas en los diferentes espacios sociales. Y es el artista el que forma parte de esas diferentes caracterizaciones comerciales. O cuando vas a buscar trabajo ¿vas como si fueras a jugar un picadito? No, tomás decisiones específicas.

El arte no es más especial que otro trabajo. Si pensamos eso seríamos elitistas. El arte embellece la vida de quien lo disfruta -haciéndolo o consumiéndolo. Eso es el arte. Nada más ni nada menos. Producto del potencial humano. Como la literatura y la ciencia. El problema es que el artista por lo general no se atreve a llevar esta discusión a fondo y ser sincero porque el misticismo “garpa” más. Otros ni siquiera tienen un postura desarrollada sobre el tema y en otros la ignorancia produce personajes estereotipados muy apetitosos para una sociedad vacía ávida de excentricidades.

16- Y entonces porqué no dejás de hacer estas canciones y te ponés a hacer cancioens como Rage Against the Machine.

Creo que aún no entendiste nada. Vamos de nuevo. Porque la única ley que vale para el arte es que es libre de expresar lo que sienta o quiera. Incluso incoherencias o «locuras» (aunque delimitadas por un sentido artístico). El punto de vista que quiero sostener es que ante todo debe ser pensado como un trabajador. Luego podemos ver su conciencia de clase y compromiso que no necesariamente está vinculado con la temática de su obra. Si hablásemos de un carpintero que hace sillas con un corazón o con la cara del Che, en ambos casos seguiríamos entendiendo que es un trabajador. Que realizó un trabajo.

17- Bueno.. ahí te agarre. Sabemos bien que no es lo mismo, el que hizo con el Che es más coherente que el del corazón.

No es necesariamente así. Porque si ahora hablamos del rol en la lucha social que tiene el trabajador no es condición necesaria ni suficiente que su obra sea explícita respecto a una ideología. Lo fundamental es que fuera de su obra sea explícito respecto de una ideología. Este carpintero que hace sillas con la cara del Che tranquilamente puede haber encontrado que le es rentable. O no, y puede ser que genfuinamente admire al Che. O simplemente disfruta de hacerlo por fuera de un compromiso con la idea que representa. O puede ser un simple gesto de rebeldía y nada más. En todos casos yo no objetaría nada porque está en su libre derecho. Pero puede ser que quien hizo la silla con un corazón sea un carpintero que se organiza como trabajador y está al servicio de la lucha contra el sistema solo que siente que sus sillas con corazones le salen bellas. Es decir, lo que importa en primera instancia es lo que el artista hace poniendo el cuerpo y no lo que un prejuicio puede hacernos suponer a partir de pensar que su obra no tiene un mensaje antisistema. Ahí es donde se ve su compromiso con una idea. Luego, lo que exprese su arte puede ayudar mucho pero no es lo principal. No hay que fetichizar al arte. Ni dotarle poderes que no los tiene.

A John Lennon no lo perseguía el servicio secreto de EEUU por su canción comunista “Imagine”. Sino por su activismo por fuera del arte. Por su financiamiento de partidos comunistas. Imagine, quizá una de las canciones más reconocidas, solo embelleció la vida de las personas. Que ya es mucho. Pero de ninguna manera desarrollo una lucha contra el sistema. Porque la realidad la cambian los hombres. Es el hombre el que encarna la filosofía de cambiar el mundo. No las cosas.

Gaston Sardelli. Enero 2014.

El pasado 28 de noviembre (2012), se aprobó en el Senado la Ley de la Música. Mientras que para muchos es una conquista en el avance de los derechos de los músicos, para otros es una ley de tipo patronal que no sólo no combatirá a las empresas gigantes de entretenimiento (sean nacionales o extranjeras) sino que también abrirá el juego al manejo de fondos públicos en función del posicionamiento político de los artistas. Por Gastón Sardelli* para ANRed.

Probablemente, tiempo atrás, con la democracia emergiendo, esta ley hubiera sido un buen paso. Pero hoy esta ley tiene un profundo carácter conservador. En un mundo donde la representatividad – fortaleza del capitalismo – está en crisis, donde se cuestiona la delegación y se reclama participación, donde las instituciones pierden legitimidad ante su incapacidad de resolver los problemas que les son asignados, y teniendo en cuenta que nuestro país no es una excepción a esta realidad, llegamos a una ley que excluye por completo al músico en la participación real: de la elección de autoridades, propuesta y aprobación de medidas o proyectos y, uno de los puntos más importantes, de la remoción de los cargos.

 Para llevar a la práctica los efectos de la ley se crea el INAMU (Instituto Nacional de la Música). De este organismo depende que la ley cumpla sus objetivos. Consta de 3 autoridades. La máxima autoridad es el Directorio, y como era de esperar, el Director y Subdirector, sólo serán designados por el Poder Ejecutivo con una duración de 4 años.

 Luego en autoridad le sigue la Asamblea Federal, que consta de representantes gubernamentales de las distintas provincias más el Director. Es decir, nuevamente, los músicos no tienen su lugar.

 Recién en el Comité Representativo aparecen, si es que aparecen. El Comité consta de 16 miembros de los cuales 5 son designados por la Asamblea Federal, es decir, en lugar de los músicos elegir a sus delegados músicos, los funcionarios eligen a los músicos designados para representar a los cientos de miles. De los 11 miembros restantes sólo 3 son músicos: el resto son representantes de diferentes entidades y productores de la industria musical. De esta manera el poder político y económico tiene garantizado una mayoría en la única autoridad donde participan artistas.

Está claro que tenemos ante nosotros una ley que deja totalmente afuera a los artistas, que termina devorado por los minotauros de saco y corbata en los laberintos de las instituciones. ¿Cómo nos aseguraremos que los grandes grupos de entretenimientos, grandes empresas de la industria y empresarios amigos, no sean los beneficiarios? ¿Si la idea es quitarle al arte la soga del mercado que ahoga su creatividad, qué mecanismos empleamos para que los fondos públicos no sean utilizados como herramientas de cooptación política? Así, se le estaría colocando al arte una doble soga, que siempre es aliada a un sector del mercado hegemónico, si la esencia del INAMU deja de lado la participación activa en la toma de decisiones de los cientos de miles de artistas que hay hoy en el país.

La terminología usada para definir a los músicos es obsoleta, como si no se tratase de trabajadores, casi con una concepción metafísica del artista, así como la absurda insinuación a «las comunicaciones digitales clandestinas» respecto a las posibilidades de compartir y difundir a través de las nuevas tecnologías.

Es importante remarcar que muchos puntos de la ley suponen un avance -aunque sinceramente no es necesario hacer una ley de este tipo para construir centros culturales o promover el arte musical- pero está claro que cuando un sistema de dominación da un paso para reestructurarse, debe conceder algún beneficio para así lograr un consenso.

Lo que debemos preguntarnos es qué efectos puede tener lo objetivamente negativo de una ley sobre lo potencialmente positivo. Qué potencialidades y limitaciones presenta esta ley. El enemigo del músico, en cuanto trabajador de la cultura, está donde estuvo siempre: en las grandes empresas y el Estado burgués, que ahora están más juntos y legitimados que nunca con esta Ley. Y por el contrario, el músico tan lejos de la toma de decisiones como antes.

Quien crea en las promesas que llegan desde arriba ha olvidado como terminan las historias.

* Gaston Sardelli es bajista y vocalista de la banda Airbag